De cuando fuimos mochileras en Tailandia durante 9 días

Tailandia

Tailandia es uno de los destinos favoritos para mochileros, y ahora entiendo por qué. Te cuento qué ruta hicimos durante 10 días con nuestra mochila, y qué nos enamoró de este increíble país.

Algo así como un sueño hecho realidad. Tenía demasiadas ganas de viajar a Tailandia por lo que, cuando se presentó la oportunidad, no nos pudimos resistir. Compramos el vuelo con apenas tres semanas de antelación y, contra todo pronóstico, nos salió bastante barato: 370€. Para encontrarlo, en el buscador de skyscanner pusimos como origen otras ciudades europeas, y finalmente, Milán fue la mejor opción (de hecho, habiendo easyjet desde Bilbao a Milán, nos salió muy parecido de precio volar directas que bajar a Madrid).

Debo de reconocer que fue una elección muy acertada y Oman Airs, una de las mejores compañías con las que he volado…tanto por la puntualidad, como por la comida, la escala con la duración pertinente (en Omán). Una semana antes de que viajáramos a Tailandia, falleció el Rey, lo que supuso un luto nacional como no había visto antes, y hasta nos cambió un poco los planes como ahora te cuento:

Día 1-3 en Tailandia: Bangkok

Nos alojamos en Baan Khun Nine Wang Doem y, aunque el albergue estaba muy bien e incluía un delicioso desayuno por muy buen precio… no lo recomiendo por lo lejos que está del centro; hay ocasiones en las que merece la pena pagar algo más y ahorrar tiempos de paseos a 40 calurosos y húmedos grados. Si soy plenamente sincera… creo que Bangkok es uno de esos lugares que me dejan sensación amarga. Hay ciudades que, dentro de su caos, tienen ese algo especial que las hace increíble de un modo u otro. Bangkok no es ese caso, es esa excepción en la que el caos impera y el encanto se esconde en rincones muy concretos.

En Bangkok visitamos el Budha inclinado, el Palacio Real, el mercado de las flores… toda la zona central que se ve relativamente pronto y donde sí que habita el encanto ese del que hablábamos. Pero además, tuvimos un aliciente: el funeral del Rey. Sin quererlo ni beberlo, nos vimos envueltas en una cola inmensa que entraba a Palacio Real para darle un último adiós. Por suerte, íbamos bien ataviadas y tapaditas para estar a la altura de semejante homenaje… una procesión de tailandeses bastante más tristes que un europeo si fallece su monarca, hasta un salón enorme donde «rezamos» y después, pasamos a una sala donde había que firmar el libro de despedida (algo que preferimos evitar, por respeto).

Bangkok

Queríamos disfrutar de las vistas de Bangkok, así que subimos a la última planta del Lebua at State Tower Hotel y tomamos algo en Sirocco Bar, el lugar de la mítica escena de Resacón en Tailandia. Un buen sitio para disfrutar de las vistas donde, si bien la entrada es gratuita, en la copa te cobran entrada, vistas y hasta el aire.

Para llegar hasta allí, nos pasó algo muy curioso (aunque normal, si tenemos en cuenta que estábamos en Tailandia). Cogimos un tuk tuk y, negociamos con el conductor un precio más barato a cambio de pasar a ver una tienda de ropa de lujo en el camino, aunque no compráramos nada.

El tercer día, queríamos visitar un mercado flotante y escogimos el que más cerca estaba… al que pudimos llegar en taxi, Tailing Chang (a 12 kilómetros). Está bien, pero llegar fue toda una odisea… y también algo más pequeño de lo que esperábamos por lo que si tuviera que elegir, preferiría escoger otro mercado flotante y dedicarle más tiempo.

Día 3-6 playas en Ao Nang:

Escogimos Ao Nang, en Krabi como base de operaciones y, desde luego, creo que fue una decisión acertada. Disfrutamos de un Resort con desayuno por un precio muy económico y tuvimos todo cerca para disfrutar de las excursiones: Green View Village Resort.

Los días que teníamos para disfrutar de Ao Nang eran los que eran, así que nosotras optamos por estas dos excursiones y, sin saber qué tal son las otras, nos encantaron y las recomendamos 100%:

  • 4 islands: casualmente, dos amigos nuestros estaban también por la zona de vacaciones por lo que reservamos una barquita privada para hacer esta excursión a las cuatro islas (el precio es muy similar a las excursiones en grupo). Pudimos hacer snorkel y disfrutar de las playas de postal que tantas veces habíamos visto en revistas… eran reales. Además, descubrimos que a los peces de colores les encanta la piña 🙂 (Muy importante, recomiendo llevar escarpines).
  • Maya beach: esta excursión la hicimos en un barco de grupo en el que realmente, temí por mi vida con la forma de conducir del capitán… Este día vimos también playas increíbles, la playa de los monos, lagunas azules… aunque lamentablemente, no pudimos ir hasta Maya Beach por el mal tiempo (la de la película La Playa). Además, nos incluía comida buffet en una de las islas,  lo que estuvo muy bien.

Phi Phi

Cuando pensábamos que en Tailandia nos íbamos a bañar… creíamos que era solo en el mar, pero no. La expresión «corre, que viene el monzón» cobra sentido en Tailandia cuando ves venir los nubarrones y la gente corre a cobijarse porque repentinamente, las terrazas de los hoteles… desaparecen, literalmente. Ojalá hubiera podido pasar más tiempo en Krabi, y sin duda volveré a verlo con el sol en el cielo, pero califico con un 10 los días que estuvimos allí y las excursiones que hicimos, muy recomendable poder disfrutar de la experiencia en barco privado y, la de grupo.

Día 6-8 – Chiang Mai

Una auténtica delicia. En Chiang Mai nos quedamos a dormir en The Grace House, un coqueto y pequeño albergue muy recomendable donde enseguida, te das cuenta cuál es el color favorito de la dulce Grace.

Pasear por Chiang Mai era sentir que estabas en la auténtica Tailandia con la que habías soñado, un lugar verdaderamente increíble. Después de visitar el centro, negociamos con un taxi para que nos llevara a nosotras y a otros viajeros que querían hacer la misma ruta. Primero fuimos a la reserva de tigres Tiger Kingdom, y: craso error. Me arrepentí de haber ido en cuanto puse el primer pie en aquel lugar. No quiero explayarme demasiado, sólo diré que los animales no estaban en las condiciones adecuadas… y que los pobres, parecían gatitos sedados en condiciones anti-higiénicas. Para quitarnos este mal sabor de boca, subimos con el taxi a Doi Suthep donde disfrutamos del precioso templo Wat Phra That Doi Suthep y sus vistas. Esto sí que lo recomendamos. Como broche final, cenamos en el mercado nocturno donde hicimos alguna que otra compra a muy buen precio.

Chiang Rai

El segundo día fuimos a pasar el día con elefantes, rafting y a hacer un trekking por la selva. No voy a entrar en detalles ya que creo que este increíble día se merece un post… pero sin lugar a dudas, fue lo mejor de todo el viaje y, por supuesto, con una compañía que trataba bien a los animales y así lo pudimos comprobar.

El último día en el Norte de Tailandia hicimos una excursión a Chiang Rai… elegimos ir en bus ya que lo que habíamos leído de las excursiones, no iba demasiado con nosotras y, no cogimos taxi puesto que solo para dos salía bastante caro. No estuvo mal ir en bus… pero desde luego, hay que comprar los billetes con antelación, ya que nosotras perdimos demasiado tiempo. El templo blanco Wat Rong Khun, nos encantó, definitivamente fue lugar a todo lo que habíamos visto hasta entonces. Del templo negro, el Museo Bandaam, pudimos disfrutar muy poquito tiempo porque se retrasó todo con el bus… pero sin lugar a dudas, merece la pena ir hasta Chiang Rai por ver estos dos templos, a pesar de las dos horas de viaje. Entre un templo y otro, fuimos en bus urbano (toda una experiencia).

Día 9 – Lopburi y Ayutthaya

Nuestra idea era viajar por la noche en tren nocturno, pero igual que nos ocurrió con el bus… no había plazas. Por lo tanto, si hay algo que recomiendo encarecidamente… por muy de mochileros que vayamos, es algo de planificación con los transportes para que no ocurra lo mismo. Pero de todo lo malo, hay que ver la parte positiva… y al final, el plan salió mucho mejor de lo que pensábamos.

Viajamos de noche, y a eso de las 7 de la mañana, paramos en Lopburi donde disfrutamos del templo (o más bien, del pueblo) de los monos. Algo bastante curioso, aunque no creo que sea una visita imprescindible. De ahí, cogimos un tren 100% tailandés que fue una experiencia en sí misma que nos encantó, y que nos dejó en Ayutthaya. Aquí, negociamos con un tuk tuk para que nos llevara a los lugares imprescindibles de la ciudad antigua y además, nos iba explicando todo. Una bonita forma de tele-transportarte al pasado y hasta de sentirte Lara Croft en Angkor.

Ayutthaya

Finalmente, cogimos un hotel cerca del aeropuerto ya que nuestro vuelo al día siguiente salía muy temprano, Bed-room at Suvarnabhumi Airport.  Un hotel que estaba muy bien pero con una dirección imposible que a los taxistas les costaba encontrar (pero no al de pizza hut, que llamamos para comer a domicilio!). Ese día también vino el monzón… por lo que nuestro plan de ir al Fake Market, se vio un poco truncada, llegamos para las 19:45 y cerraba a las 20:00 por lo que dimos una vuelta muy rápida aunque lo suficiente para darnos cuenta de que las imitaciones no eran tan buenas como contaban (ni comparación con las de China).

Por la noche, ejercimos de guiris y fuimos a tomar algo a Khaosan Road, la calle de los occidentales borrachos, los tailandeses vendiendo insectos cocinados (sólo los vimos aquí por lo que es una turistada total) y guiris inhalando «el gas de la risa» de globos.

Creo que ya me he extendido bastante, así que voy a dar por finalizado este post de Tailandia en 9 días para mochileros, en el que gastamos un total (incluyendo los vuelos) de 850€ aproximadamente. Un país que me encantó y al que estoy segura que volveré; tanto para ver los lugares a los que no he tenido tiempo de ir, como para volver a enamorarme de aquellos que ahora forman parte de mí. Y quién sabe, tal vez para cogerle el gustillo a Bangkok.

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