EUROPA

El viejo continente, Europa es el paso de los años y de los daños. Es filosofía hecha historia a través de la revolución. Es cuna de imperios y laboratorio de experimentos. Sus calles dicen más por lo que recuerdan que por lo que muestran, y este viejo continente, como el diablo, sabe más por viejo que por sabio. 

Como esos hermanos que dentro de casa parece que se odian y, fuera, se defienden como nadie sabiéndose de la misma sangre y con un amor mayor, al que puedan alcanzar a entender.

Europa es una y, a la vez, son muchas. He tenido la oportunidad de visitar unos cuantos países y, no deja de sorprenderme cómo en el continente más pequeño y en el que más tiempo llevamos conviviendo, somos por momentos, tan dispares.

A veces, Latinoamérica es más casa en nuestra forma de amar y Europa, lo es en la de pensar. Tiendo a pensar que somos el resultado de esa fusión, lo que para nuestra suerte, es cuanto menos, interesante. A veces, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, cuando en realidad somos unos auténticos afortunados. 

Este continente está lleno de paisajes increíbles, pero a mí cuando me pierdo por sus calles, lo que más me impresiona siempre es lo que me cuenta de lo que vivió. Lo que me enseña. Su lucha incesable, su fuerza y su energía. Su revolución, su respeto y su dignidad.

Viajar a Europa siempre es un buen plan y, yo tengo la maleta hecha para que nos volvamos a encontrar tan pronto como podamos.