Julio es sinónimo de escapada como antesala de las vacaciones de agosto por lo que, este fin de semana pasado, mi cuadrilla y yo hemos disfrutado de una de 10: casa rural, rafting, canoas y, sobre todo, la mejor de las compañías en las Merindades, entre Burgos y Cantabria. En este post te cuento todos los detalles sobre cómo hemos organizado el mejor de los fines de semana posibles para 15 personas en un lugar que nos ha sorprendido y con multiaventura a un precio mínimo.
La casa rural: superando expectativas
Poner de acuerdo a 15 personas es complicado; sobre todo la elección del fin de semana por lo que empezamos a buscar el plan de esta escapada con apenas dos semanas de antelación. No teníamos demasiado claro el lugar al que íbamos a ir pero sí que sabíamos la actividad, por lo que primero reservamos ésta y, a continuación, buscamos casas rurales cerca.
Creíamos que iba a ser muy difícil por la poca antelación y las fechas, pero la verdad es que encontramos varias casas con disponibilidad para la ocasión. Buscábamos una casa rural completa «en medio de la nada», donde no molestáramos a nadie y, a ser posible, a bajo coste. Queríamos una casa rural con piscina… pero por mucho que buscamos, no encontramos ninguna por la zona (ni siquiera sin disponibilidad).
Finalmente, nos decantamos por Casa Rural La Toba I y II en Bezana, Burgos, y fue la mejor de nuestras elecciones: nos encantó superando todas nuestras expectativas. En el primer piso cuenta con un «txoko» o comedor muy amplio, chimeneas, baño, horno, libros… y acceso directo al enorme jardín donde está la barbacoa. En el segundo piso está La Toba I, ya que la casona está formada por dos casas que se pueden alquilar de forma independiente, aunque en este caso lo cogimos completo. En ambos pisos hay un salón, una completísima cocina (cafetera, lavavajillas, batidora…) y cuatro habitaciones en tanto que, en la Toba I cada una de las cuatro tiene su propio baño y, en La Toba II hay dos baños comunes para las cuatro habitaciones.
En total, caben 16 personas en la casa con entrada y salida a las 18:00 horas; aunque en nuestro caso, Ana (la dueña de la casa) no pudo venir el domingo por lo que dejamos las llaves en el buzón y pudimos estirar unos minutos la hora de salida. Además, no sólo la casa era perfecta, sino que el precio también lo es: 637€ en total por las dos noches el alquiler íntegro (lo que no llega ni a 20€ por persona la noche)… y sin pago de fianza ni nada.
Una escapada multiaventura: rafting y canoa
En la escapada de 2016 hicimos descenso del Sella y, en esta ocasión, nos apetecía probar con rafting. Preguntamos en varias empresas que encontramos por Internet pero, en la mayoría, nos decían que no había agua suficiente en julio para poder disfrutar de esta actividad. Finalmente, encontramos H2UR que nos garantizaba la actividad en el Ebro.
Nos ofrecieron realizar la actividad a las 9:30, 12:30 o 16:00 por un precio de 35€ por persona con una gratuidad. Nos presentamos en sus instalaciones en Arroyo a las 12:30 donde nos dieron un neopreno largo a cada uno, chaleco y casco y nos llevaron en bus hasta el lugar de salida. Aparte de lo mencionado, llevamos alguna Gopro colgada pero lo demás, lo dejamos en el coche (las llaves del coche las guardan ellos).
Una vez que llegamos al punto de salida, nos dividieron en dos grupos: uno de 9 y otro de 6 para llenar las balsas. Aparte de nosotros, había más grupos así que en total, salimos unas 5 balsas al agua. La experiencia fue muy divertida y, a lo largo del recorrido, pudimos bañarnos en el río en un par de ocasiones. En total, duró todo cerca de 2 horas y media en los que se intercalaban partes tranquilitas con algún que otro rápido, aunque si bien es cierto que nos esperábamos un poco más de adrenalina ya que nos pareció un recorrido algo light.
Aprovechamos para comer un bocadillo en un bar del pueblo cerca de las instalaciones y, por la tarde, alquilamos por 4€ más y, sin tiempo límite, unas piraguas dobles para pasar la tarde en el embalse del Delta del Ebro. Es increíble pensar que entre Burgos y Cantabria hay espacio para este lugar que parece una playa, con sus propias olas (hacía bastante viento por la tarde) y con el agua muy caliente y limpia. Por último, destacar lo atentos y agradables que eran los responsables de esta empresa.
Un fin de semana redondo
Muy cerca de la casa, a menos de 10 kilómetros, se encuentra Arija… algo que bien podría pasar por una playa y que desde luego, cumple dicho propósito (eso sí, imprescindibles los escarpines ya que es todo piedrita). Para poner el broche final a un fin de semana perfecto, fuimos a probar unos helados de los que nos habían hablado muy pero que muy bien. Lo que no esperábamos encontrar, era semejante cola en Helados López: una pequeña heladería en Ontaneda donde su especialidad es el helado artesanal de queso. Debo de reconocer que todos los helados estaban buenísimos; no sé si tanto como para la cola que se forma constantemente en su puerta, pero bien puede merecer una visita.
En definitiva, recomiendo enormemente esta escapada para grupos de amigos o familias: la casa, como comentaba, superó todas nuestras expectativas. El entorno en plena naturaleza fue la dosis de energía necesaria para volver el lunes con las pilas cargadas. Ambas actividades fueron muy divertidas y, por lo que vimos, hay posibilidad de hacer otras muchas o añadir una segunda a un 30% menos (paintball, hidrospeed, barranquismo…). El presupuesto total del fin de semana fue 110€ cada uno incluyendo comida, bebida y gasolina… ¡no está nada mal!
Y, sobre todo, la inestimable compañía que hizo que esta escapada fuera redonda: a veces, las cosas más importantes, las tenemos mucho más cerca de lo que pensamos… y no son cosas. Son esas personas (tan necesarias) que marcan la diferencia entre un minuto más o un momento especial e imborrable.
Si te pasa algo en la otra parte del mundo, ¡al menos que tengas la seguridad de que todo va a salir bien!
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Periodista especializada en Marketing Digital y Big Data y nómada empedernida por naturaleza: YSIFLY es el lugar en el que hablo sobre mis ganas de no quedarme con las ganas de nada