Con el fin del verano, pero con el buen tiempo dándonos tregua, los planes domingueros vuelven a ser un must entre mis opciones de ocio, a los que cada vez soy más aficionada. Poder disfrutar de la naturaleza a través de una ruta, siempre me ha parecido, una gran fuente de energía, en la que, a priori, puedes acabar agotado, pero que te permite irte a dormir con una enorme satisfacción, con las pilas cargadas y con una paz interior que sólo la pachamama es capaz de regalarte (sí, tengo Perú todavía muy reciente).
- Tiempo | 1,5 horas
- Distancia | 4,5 kilómetros
- Dificultad | Baja
Mira que llevo años viviendo en Bilbao, y todavía descubro lugares que no conocía, que están al lado de casa y que me hacen alegrarme, aún más, de tener la suerte que tengo por ser del pequeño botxito. Hoy hemos hecho una pequeña, pero bonita ruta hacia la Cascada del Bolintxu, un pequeño paraíso natural, que bien se merece un plan dominguero o los que surjan.
Un paraíso al lado de casa
La Cascada del Bolintxu es la meta a la que llegaremos en la ruta de hoy, pero puede ser perfectamente, una parada más en nuestro camino hacia el lugar donde te convalidan el «A1 de mendizale en Bilbao», el Pagasarri (POST). Se trata de un Valle situado a los pies del Pagasarri y del Arnotegi y, como decía, el camino sigue donde empieza la cascada, hasta llegar a la cima del primero.
En este caso, nosotros hemos optado por hacer la ruta sencilla a orillas del riachuelo Bolintxu, un pequeño arroyo que acaba por convertirse en un afluente de la Ría de Bilbao. Cabe destacar que, como suele pasarme frecuentemente, no he escogido la mejor época para visitarlo y no había todo el agua que he podido ver en fotografías que hay normalmente, y, aún así, me ha parecido un lugar de visita obligatoria para los amantes de la naturaleza en Bilbao.
De hecho, he leído que, según los biólogos, el río Bolintxu, es el hábitat de mayor valor ecológico de la Villa. La verdad es que, mientras vas paseando entre sus alisos, helechos, encinas, robles centenarios y castaños, te da la sensación de estar perdido en medio de un gran bosque. A diferencia de otros planes domingueros o rutas por el monte que solemos hacer, esta no está tan concurrida, y el camino, que diría Machado, se hace al andar.
No quiero decir con esto que haya pérdida, al contrario, simplemente hay que seguir el surco del río a la contra, pero podremos ser «más aventureros» lejos de los senderos de aquellos sitios que están más que descubiertos. Naturaleza en estado puro, y qué maravilla.
Las inundaciones del 83 y la naturaleza poniendo orden
Antes de detallar cómo podemos ir hasta la Cascada, es importante ponernos en contexto. A finales del siglo XIX, se construyeron dos presas en medio del río Bolintxu para aprovechar sus recursos hidráulicos desde la Villa. Algo que cuesta imaginar a día de hoy con la cantidad de agua que hay, pero que terminó por convertirse en una oferta de ocio para los bilbaínos de entonces, donde acudían con frecuencia a pasar el día y bañarse disfrutando de un plan dominguero a su manera.
Sin embargo, en 1983, las tremendas inundaciones que asolaron Bilbao, colapsaron la presa con piedras y materiales arrastrados por el agua, produciendo incluso graves alteraciones en el cauce del río y en sus riberas, condenando este lugar lúdico a morir.
Pero la naturaleza, es más fuerte que todo eso y, una vez más, nos ha dado una lección demostrándonos que la vida sigue y que, con esfuerzo, tiempo y ganas, todo es posible. De un paisaje devastado en las inundaciones, creó uno de los bosques con mayor riqueza natural que tenemos a nuestro alrededor, no sólo se recompuso sino que mejoró lo que había antes.
Me encanta pensar en la naturaleza como en un ave fénix. Como un ente capaz de poner desorden y orden a su antojo, pero dentro de una lógica que, aunque se nos escape, siempre tiene un plan detrás. Y nosotros, en cambio, empeñados en cargarnos el planeta… qué irresponsabilidad tan grande.
Cómo llegar a la Cascada del Bolintxu
Ahora que ya tenéis los dientes largos con este plan dominguero, os voy a contar cómo podemos llegar hasta la cascada. Podemos decir que la ruta se divide en tres partes, en nuestro caso, saliendo desde Santutxu.
En primer lugar, llegaremos al Paseo de los Caños, que poco se habla de lo bonita que es esta zona. Se trata de un paseo que comunica Atxuri con Bolueta o La Peña, por la ladera de la Mina del Morro con la ría de Bilbao a nuestros pies. Personalmente, es una zona que frecuento mucho, por donde suelo ir a correr (cuando corro) y que también, creo que es una desconocida para muchos. En serio, viviendo en plena ciudad, tenemos esto a cinco minutos andando, qué gran suerte la nuestra.
Hoy hemos decidido comenzar por Atxuri y terminar por Bolueta, en esta ruta lineal hasta la Cascada, pero lo dejo a gusto del caminante. En cualquier caso, el objetivo pasa por llegar a la segunda parte de nuestra ruta: atravesar La Peña y llegar a Montefuerte, uno de los parques metropolitanos del conocido como Cinturón Verde de Bilbao.
Para los que no lo conocéis, se trata de un área recreativa muy bonita en la que siempre nos cruzaremos con domingueros de picnic, perros jugando, gente corriendo o, en definitiva, disfrutones al aire libre. Como dato, esta zona antes era conocida como Mehatzeta, debido al gran número de minas que había por aquí durante el auge de la explotación minera.
Mientras paseamos por el sendero, nos desviaremos hacia las vías del tren por la parte derecha y, en este punto y con cuidado, tendremos que atravesar la carretera y un par de túneles que nos llevarán hasta el inicio de la ruta, donde nos espera un parking con muchos coches.
De hecho, son muchos los que optan por ir hasta aquí en coche y comenzar directamente la ruta, pero en este caso, viviendo tan cerquita, la opción era sí o sí, ir caminando desde casa. En este caso, los 4,5km aproximados que he puesto al inicio del post, son a partir de este punto y hablan directamente de la ruta.
Aquí, veremos tres caminos: uno recto, una cuesta bastante empinada y, hacia la derecha, un sendero que se adentra en el bosque y que será el camino que deberemos de tomar para llegar hasta la Cascada. A partir de este momento, quien nos guía es nuestra propia intuición.
En cuestión de metros, estamos en medio de un bosque frondoso sin más orden aparente que el de la propia naturaleza y sin un sendero definido, más allá que el del río, que iremos dejando a nuestra derecha. Aunque la ruta es muy sencilla, sí que recomiendo llevar botas de monte para hacerla, porque nos encontraremos tramos resbaladizos y con bastante barro. O, incluso, en caso de un mayor caudal, podremos llegar a mojarnos los pies.
La ruta continúa y, a nuestro paso, nos encontramos con otros caminantes a los que los ojos se les hacen chiribitas viendo cómo sus perros disfrutan jugando y, para mí sorpresa, un grupo de personas que estaban ¿compitiendo? con coches tele-dirigidos grandes por la ruta. Al principio, me ha costado entender la relación entre este tipo de coches y un plan de monte, pero pronto he pensado que esto va de ser felices y que yo no necesito entenderlo, a ellos se les veía pasándoselo en grande y eso es lo importante 🙂
Finalmente, llegamos a la Cascada, pasados 45 minutos y, como veréis en las fotos, hoy no nos ha esperado muy caudalosa. Sin embargo, sí que mostraba el suficiente poderío como para llamar nuestra atención y pedirnos que volvamos otro domingo. A su izquierda, para los más animados, continúa el camino hacia el Pagasarri (POST) que nos permite ver la Cascada desde arriba, y que se queda como un «próximamente» en mi lista de tareas pendientes 🙂
Qué bien que todavía queden sitios por descubrir, y qué bien, que la naturaleza no quiera dejar de sorprendernos. ¡Vivan los planes domingueros!
Periodista especializada en Marketing Digital y Big Data y nómada empedernida por naturaleza: YSIFLY es el lugar en el que hablo sobre mis ganas de no quedarme con las ganas de nada