Plan dominguero: subida al Oiz desde Garai

molinos en el oiz

El último reto que nos propusimos fue coronar todos los Montes Bocineros y, siguiendo el plan, este fin de semana hemos subido al Oiz desde Garai, el balcón de Bizkaia.

  • Tiempo | 5,5 horas
  • Distancia 18 kilómetros
  • Dificultad | Baja-Media
  • Altura | 1.024 metros

Un monte diferente y enigmático

El monte elegido para la ruta de hoy, está en el centro del territorio y, esto le ha convertido en uno de los míticos de la zona gracias a las vistas que regala. De ahí, que también reciba el nombre de Balcón de Bizkaia puesto que, desde la cima, es posible ver los picos más importantes de la zona y también, toda la Costa con Urdaibai como protagonista.

vistas costa

Cabe destacar que el Oiz, no es un monte cualquiera. Se trata de uno de los cinco Montes Bocineros de Bizkaia que, como ya adelantamos en la subida al Kolitza, se trata de los picos desde los que antaño, se convocaban las Juntas Generales del Señorío de Bizkaia mediante señales sonoras y luminosas.

Así pues, las fotografías de su cima son fácilmente reconocibles, puesto que allí mismo conviven desde 2003 sus gigantes. Los 40 molinos de viento que componen el Parque Eólico de Oiz, fueron los primeros de los 5 parques que de Euskadi en instalarse y, a día de hoy, abastecen a 85.000 personas.

molinos y vistas interior

Puede, que no sólo sea reconocible por sus antenas y gigantes, sino también, por el aura de leyenda y magia que lo rodea. Y es que, del mismo modo que Anboto, el Oiz es una de las moradas de Mari, la Diosa Vasca que pasa siete años en cada uno de sus hogares y que, según en cuál esté, el clima será uno u otro.

Lamentablemente, las leyendas y misterios que rodean al Oiz, no acaban ahí. El 19 de febrero de 1985, 148 personas se dejaron la vida en el peor accidente aéreo que recuerda Euskadi. 35 años después sigue habiendo enigmas detrás de esta catástrofe donde un fallo de cálculo y un vuelo a menor altura de la precisa, causaron el fatal desenlace.

Camino de barro y ortigas

Para la subida al Oiz, podemos comenzar nuestra ruta en diferentes puntos: Mallabia, Gernika, Durango, Munitibar… y desde Garai, como subimos nosotros este fin de semana: un (muy) pequeño pueblo, pero (muy) bonito (y con un restaurante de bodas que visitaremos si la pandemia nos lo permite). O también, en coche hasta la cima directamente si lo único que queremos, es disfrutar de las vistas.

Garai

Se encuentra a las faldas del Oiz y vive principalmente de la madera, algo que nos daremos cuenta en cuanto comencemos nuestra ruta ya que encontraremos bien árboles tallados, bien oiremos cómo caen o bien, veremos directamente cómo los cortan.

Antes de entrar en la ruta, tengo que decir que en nuestro caso, fuimos justo después de varios días de diluvio universal por lo que, cuando llegamos, nos encontramos una cantidad de barro indecente. Hubo tramos que tuvimos que ir más despacio por ello y, otros, que tratando de esquivarlos, cogimos atajos que nos hicieron desviarnos más de la cuenta y ortigarnos en el intento… Así pues, podríamos haber hecho la ruta lineal que hubieran sido menos kilómetros, pero en nuestro caso optamos por la circular.

demasiado barro

Tengo entendido por lo que me he podido informar en otros portales, que en unas 4 horas se puede hacer la ruta completa (circular), pero en nuestro caso, fue algo más de tiempo por los desvíos, las condiciones del terreno y, por qué no decirlo, la calma con la que nos lo tomamos y el ratito que disfrutamos del hamaiketako.

En cualquier caso, creo que, de no ser por el barro, se trata de una ruta que no por larga, es complicada, al contrario. Prácticamente todo el recorrido es bastante sencillito, intercalando partes de camino de gravilla con bosque a través.

troncos de árboles

Nada más llegar a Garai, encontramos hueco para aparcar y comenzamos nuestra ruta por la derecha: dejando la Iglesia a nuestra izquierda. En cuanto comencemos a andar, veremos a nuestro alrededor troncos de árboles apilados y, seguiremos avanzando por el camino.

De no haber sido por el barro, como os decía, la ruta hubiera sido prácticamente en todo momento por camino y, cuando cruzaba bosque, muy bien indicado con la señalética habitual. Sin embargo, nos salimos tantas veces de la ruta, que esta vez, omitiré el camino para no confundir a otros posibles mendizales.

entre gigantes

Lo que sí que os diré es que os recomiendo visitarlo y, sobre todo, si no ha llovido (tanto) los días previos. La verdad es que somos unos afortunados y cualquiera de nuestras cimas, nos ofrecen vistas de quitar el hipo. Pero Oiz es diferente. Oiz es mar y tierra, y es hogar de gigantes. Es el humano imponiéndose sobre la naturaleza y ésta, rugiendo en forma de viento dándonos lo mejor de sí. Es la paz y la libertad que sólo nos da la montaña. Y es otro plan dominguero que os recomiendo encarecidamente.

¡A por el siguiente! 🙂

paseando entre gigantes

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