No lo voy a negar, tengo YSIFLY abandonado muy a mi pesar y hoy, precisamente, no es el mejor momento para retomarlo. O tal vez sí, por el confinamiento impuesto… El caso es, que en los últimos meses, digamos que he estado atareada en otros quehaceres que están absorbiendo todo mi tiempo y ganas, el clima no ha acompañado demasiado y bueno, este 2020 ha empezado arrasando allá por donde pasa. Y de esto, hace ya tres meses.
- Tiempo |1,5 horas
- Distancia | 4 kilómetros
- Dificultad | Baja
Además, corren tiempos difíciles para los amantes de los planes domingueros: hoy, desde hace unos días y, por al menos, las próximas dos semanas, lo responsable, ético y correcto, es quedarse en casa para así, dar la espalda y luchar contra el bicho. El coronavirus nos está echando un pulso que no vamos a perder, pero para ello, tenemos que ser fuertes y renunciar a lo que más nos gusta… nuestra libertad.
No voy a levantar la barbilla por haber hecho hoy un plan dominguero, pero tampoco me escusaré: diré a mi favor que ha sido antes del «anuncio del toque de queda», que llevo toda la semana encerrada y que lo hemos hecho con todas las medidas de seguridad recomendadas, habidas y por haber. Bien separaditos unos de otros, sin tocarnos, echándonos gel en la mano cada dos por tres, tosiendo en el codo… y sí, a sabiendas de que era mejor quedarse en casa, ante un juez diré que necesitaba respirar.
Y más con este día… vaya día, ¡qué forma de torturarnos sin poder salir de casa! Si ha de haber confinamientos, por favor, que sea con lluvia y tormenta.
Lo siento, no volverá a ocurrir
Para nuestro plan dominguero, hemos elegido una opción que estuviera muy cerquita de casa y que no supusiera estar demasiadas horas expuestos (irresponsables sí, pero poco) y que así, también, los perros salieran a disfrutar un poco (los pobres tampoco tienen la culpa de nuestros problemas y víruses).
Hoy hemos subido a Malmasín: o casi, porque el barro de la lluvia por estos días, ha impedido que coronemos. Se trata de una ascensión muy pequeña (unos 300 metros) y que está muy cerquita de Bilbao, entre Bolueta, Basauri y Arrigorriaga. Muchos conocen este monte vecino, también, por los túneles a los que da nombre y que lo atraviesan.
Es cierto que no tiene nada que ver con otros montes que llenan las páginas de este blog, pero para pasar una mañana en contacto con la naturaleza, sin que suponga demasiado esfuerzo, la verdad es que me parece una opción de lo más recomendable. Además, hay un valor añadido que pocos conocen: en su cima, se han encontrado restos de la Edad de Hierro de hace 3.000 años y que servían para la protección y observatorio de todo el río Nervión. Esto es, podría considerarse como el primer asentamiento humano de lo que hoy en día es Bilbao.
Estamos ante los restos de los primeros bilbaínos de la historia, si eso no es digno de un plan dominguero, yo me retiro.
Para subir, podemos hacerlo desde Bolueta, Abusu, Arrigorriaga o Basauri. En nuestro caso, comenzamos por Bolueta y finalizamos por Abusu, para volver dando un bonito paseo por Los Caños hasta casa. El comienzo desde Bolueta, lo encontramos dejando a nuestra izquierda el polígono de Santa Ana y cruzando el puente que une Bilbao con Basauri para, a nuestra derecha, encontrar el camino:
La verdad es que, de todas las rutas que haya podido hacer, tal vez esta sea una de las que esté mejor indicada. Al fin y al cabo, es la opción de muchos domingueros, más que mendizales, de aprovechar el día e incluso sacar al perro en su día a día. Además, tiene un valor añadido que le da un encanto especial: las vistas. Está lo suficientemente alto como para ver Bilbao en perspectiva y, lo suficientemente cerca, como para identificar cada rincón.
La ruta no es compleja y, en cuanto a tiempo, tomándolo con toda la calma del mundo, habremos tardado una hora y media, por lo que se la recomiendo a todo el mundo 🙂
Además, en la vuelta por Montefuerte, en el Cinturón Verde de Bilbao, encontramos una amplia área recreativa con columpios, por lo que, una vez pasada la cuarentena, es sin duda, un pulmón cerquita de Bilbao a tener en cuenta para nuestros paseos.
No puedo extenderme mucho más en cuanto a la ruta de subida al Malmasín, porque la verdad es que es tremendamente intuitivo, está bien señalizado y es accesible para cualquier persona que tenga ganas de andar un rato. Personalmente, lo recomiendo sin lugar a dudas como ruta para esos domingos de quiero y no puedo; de me apetece pero qué pereza; de me animo pero ya se me ha hecho algo tarde; de mi perro no quiere pasear, quiere correr.
Tal vez os pase como a mí, que mi mayor fuente de energía, sea estar en contacto con la naturaleza, y hacerle una visita al mar o hacer un plan dominguero al aire libre. Ahí, donde no hay más ruido que el silencio, donde respiras y te llenas, donde no hay prisas ni nada que lo interrumpa. En libertad.
Sin embargo, nos toca ser responsables y dejar esos planes domingueros para cuando pase todo. Lo de hoy ha sido mi pequeña despedida previa al toque de queda (que están anunciando ahora mismo), así que ahora sí que sí: por favor, si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por las personas que más queremos. Para un culo inquieto como el mío, va a ser difícil, pero nada comparado con aquellos que van a ver grandes pérdidas por la situación o por los profesionales que se están dejando la piel, ya sean sanitarios o en el supermercado (por poner un ejemplo). Desde aquí, mi pequeño gran reconocimiento 🙂
Coronavirus, vamos a por ti y no te van a quedar ni las ganas, cuando acabemos contigo.
Periodista especializada en Marketing Digital y Big Data y nómada empedernida por naturaleza: YSIFLY es el lugar en el que hablo sobre mis ganas de no quedarme con las ganas de nada