Ruta de viaje de 17 días en Perú, en busca de la Pachamama

Machu Picchu

Como ya te habrás dado cuenta si eres un fiel seguidor de YSIFLY, en agosto tuve la enorme suerte de conocer el Perú. Y de vedad, qué suerte tan grande. Aunque me gustaría, no creo que llegue a escribir todos los posts que me propuse en su día, dedicando uno a cada uno de los lugares impresionantes que visité (ojalá me equivoque y tenga que corregir esta introducción). Sin embargo, sí que me gustaría hacer un resumen de la ruta con los detalles más prácticos para que pueda ayudar a aquellos que se estén planteando visitar el país andino, ¡allá vamos!

Antes de todo, vaya por delante que, en esta ocasión, no fui yo quien eligió Perú como destino de vacaciones, sino que en cierta forma, fue Perú quien me eligió a mí. Esto no quita que no me muriera de ganas por ir, ¡al contrario! Sin embargo un viaje de estas características, supone más días de los habituales y, sobre todo (y lamentablemente) dinero, principalmente, para el vuelo. Por eso, aunque Perú se posicionaba como mi destino prioritario por el que adentrarme en mi ansiada Sudamérica, creía que todavía no había llegado el momento… y sin embargo, llegó. Como las mejores cosas en la vida, cuando menos te lo esperas 🙂

Me invitaron a dar unas ponencias sobre Big Data en el Big Data Analytics Summit que se celebra en Lima cada verano (de nuestro hemisferio), y obviamente, ¡ni me lo pensé! He de decir, que estoy tremendamente agradecida por la oportunidad que me brindaron y que recomiendo asistir a este evento a cualquiera con ganas de aprender sobre este nuevo paradigma: cientos de cracks, se dan cita durante dos días, en los que, con cada palabra, aprendes algo nuevo. A mí, personalmente, me resultó de lo más enriquecedor, tanto personal como profesionalmente.

Crecer es tomar decisiones

En cuanto supe que iba a ir a Perú, tras asimilarlo primero y celebrarlo después, me puse manos a la obra a planificar una ruta en la que tenía clarísimo algunos de los lugares que quería visitar: entre ellos, el salar de Uyuni. Uno de mis sueños era visitar Perú y esta zona de Bolivia que me tiene encandilada desde que supe que existía y, ya si la ruta lo permitía, terminar en el Desierto de Atacama de Chile.

Perú es propaganda política en sus calles, pero esta en concreto, me llamó especialmente la atención.

Sin embargo, en cuanto me puse a planificar mi viaje, me di cuenta que Perú escondía muchos más secretos de los que yo pensaba y empecé a sentir mariposas en el estómago por querer descubrirlos todos. Fue entonces, cuando tuve que ser adulta y tomar decisiones, y en este caso decidí, que si Perú me había escogido, yo le tenía que escogerle a él. Ante todo, lealtad.

Incluso, dentro del Perú, tuve que hacer elecciones y descartar algunos lugares que para otros, son un imprescindible y que estaban en muchas de las rutas que leí en diferentes blogs (Arequipa, Colca, Nazca…). Al final, esto es muy personal y, en esta ocasión, a mí me apetecía ir directa a la Pachamama. Ver a la Madre Tierra en su hogar. Naturaleza frente a ciudades, museos y…¿tranquilidad? Fue una paliza de viaje porque quise abarcar mucho, pero miro atrás y lo repetiría a ciegas: parar, inhalar, llenarme de vida, exhalar y a por mis ganas de no quedarme con las ganas de nada.

Ruta de 17 días por Perú

He de decir que, si hubiera planificado el viaje «a la carta», creo que hubiera escogido viajar en febrero o así: en esta época, allí es verano y además hay menos gente, aunque también tiene sus cosas negativas, como por ejemplo, la lluvia. No llegué a tener nunca la ocasión de estar viendo multitudes ni saturarme en ese sentido, pero sí que pasé un frío de escándalo que se tradujo en dos jerseys nuevos, un gorro y unos guantes peruanos. Hubo zonas en las que por el día nos sobraba la ropa y por la noche, ¡no había capas suficientes! En cuanto a la ruta, empezaré por el principio:

Día 1 al 4 (del 7 al 10 de agosto) Lima: 

Estos fueron los días en los que estuve en Lima por el congreso (desde el 8 que aterricé) y, aunque tuve la oportunidad de dedicar el primer día a Lima con el resto del grupo con el que hice piña, los restantes fueron 100% para el evento. He de decir, que esto me permitió conocer una realidad distinta a la que ves cuando viajas, ya que los organizadores, un grupo de peruanos de DMC que son un auténtico encanto, nos mostraron «su Lima»: con los restaurantes que a ellos les gustan, los bares a los que salen de copas y los rincones que no te cuentan las guías.

Tal vez sea, precisamente por esto, que me lleve un mejor recuerdo de Lima del que hubiera tenido de no ser por ellos. Se trata de una ciudad en la que vive un tercio de la población de todo Perú (33 millones), es bastante caótica – sobre todo su tráfico y tocan el claxon 24 horas al día aunque no haya un motivo aparente. Me habían advertido por activa y por pasiva que tuviera cuidado, que no montara en taxis locales y que siempre cogiera Ubers, que no fuera por barrios marginales y que en definitiva, era una ciudad muy peligrosa… No quiero que nadie cometa irresponsabilidades, pero he de decir que estos días (y el resto que pasé por Lima), anduve sin percartarme de las fronteras de los barrios, monté en taxis de la calle por culpa de las prisas, y en absoluto, me sentí insegura en ni una sola ocasión. Al contrario, me ayudaron muchísimo.

Tal vez Lima, no sea la ciudad más bonita que haya visitado y, probablemente, sea «lo más flojo» de toda la ruta que comienza aquí, pero sin duda, su gente, hace grande esta ciudad que, junto con El Cairo, son las únicas dos capitales del mundo construidas sobre desiertos.

Día 5 (11 de agosto) Paracas, Ica y Desierto de Huacachina |POST|

Decidimos alojarnos en Paracas porque estaba más cerca que Ica y también, de las otras excursiones de la zona. En caso de que vayas a bajar a Arequipa, Nazca y demás, tal vez sí puedas plantear quedarte en Ica, pero si no, creo que el pueblito costero de Paracas, es más tranquilo, cercano y, sobre todo, con vistas al mar.

En este viaje, todos los planes han ido sobre la marcha, porque como he ido comentando en los diferentes post, aunque tuviera unas ideas planificadas en base a la información que he leído, en el caso de Perú, lo que encontré online no siempre se ajustaba a la realidad: no porque sea mentira ni mucho menos, sino porque no hay suficiente, es genérica, son de formas de viajar muy distintas o, bien, ¡las cosas cambian!

La idea era visitar Ballestas o la Reserva por la tarde, pero al llegar e informarnos, nos dimos cuenta de que, o bien no se podía, o bien tenía que ser en tour privado, con el coste que supone. Además, nos ganó la idea de ver atardecer en el desierto, así que, tras una vuelta por Paracas, nos fuimos a pasar la tarde a Ica y el Desierto de Huacachina. Tenéis todos los detalles e información en el post (click en el título!).

Día 6 (12 de agosto) Reserva Nacional de Paracas y Lima |POST|

Ese mismo día por la mañana, negociamos el tour para visitar la Reserva Nacional de Paracas y, tuvimos la suerte de poder hacerlo en un tour privado en buggy sin buscarlo (no se apuntó nadie más). Tenéis todos los detalles de la Reserva en su propio post (click en el título) así que no me excederé demasiado 🙂

Como se trataba de una excursión de unas 2 horas y, teníamos claro que no nos apetecía ver Islas Ballestas, decidimos irnos a Lima y poder ver la parte de esa ciudad que nos faltaba. No digo que Islas Ballestas no estén bien y seguro que es una maravilla, pero preferí perderme por Lima y disfrutar de su gastronomía, en lugar de ver focas y pingüinos desde un barco. ¡Todo no puede ser!

En Lima, aprovechamos para visitar Miraflores, Barranco y toda la costa y aquí, sí vimos «la capital» que es, frente a la zona antigua del centro que habíamos visto los días previos.

Día 7 (13 de agosto) Puno, Lago Titicaca e Islas de los Uros |POST| – | 3.810 MSNM

De nuevo, trataré de no extenderme demasiado porque hay un post donde cuento todos los detalles (click en el título!). Fuimos en avión desde Lima a primera hora y, pese a que nuestra idea era quedarnos dos días en las Islas, durmiendo con los locales, al llegar decidimos que esa no era nuestra opción y aquella misma noche, cogimos un bus nocturno y nos fuimos a Cusco.

Entendéis ahora por qué digo que fue una paliza de viaje, ¿no? Pues esto no ha hecho más que empezar. Dentro de que obviamente es una paliza lo que hicimos, la verdad es que tampoco me parece tan descabellado y, tomar esta decisión, nos permitió tener un día más para Cusco que agradecí enormemente.

En Puno conocí al famoso Soroche o Mal de Altura y tengo que decir que me cayó fatal. Fuimos en avión, en lugar de hacer el periodo de adaptación que se recomienda, por lo que, por muchas precauciones que tomara con pastillas, coca o descansando… el mal estaba hecho: vómitos, mareos, fatiga, tripa revuelta… Muy mal, pensé que si el resto del viaje que me esperaba, iba a ser así, me quería volver: pero por suerte, sólo fue un día y el resto estuve como una rosa!

Día 8 (14 de agosto) Cusco | 3.399 MSNM

Hicimos un free tour por la ciudad para situarnos y, después, recorrimos el lugar por los enclaves que más nos habían gustado, nos perdimos descubriendo otros nuevos y, aprovechamos para comprar refuerzos en la ropa de abrigo al darnos cuenta de que no íbamos lo suficiente preparados (y por qué no decirlo, había cosas monísimas y típicas que queríamos traernos).

En Perú existe el famoso «boleto turístico» con dos opciones: el completo, que te permite entrar a distintos lugares de interés en Cusco + Valle Sagrado y el parcial (70 PEN-19€), que sólo entras al Valle Sagrado. En nuestro caso, cogimos el segundo y lo compramos directamente el día que fuimos al Valle, y creo que fue una decisión acertada: Cusco pedía a gritos que lo paseáramos, que nos sentáramos en su Plaza de Armas y que nos lo comiéramos a bocados. Creo que este plan, merece más la pena que coger el Boleto completo, aunque depende de cada cual y del tiempo que tenga uno, claro. He de decir, que Cusco me encantó.

Día 9 (15 de agosto) Valle Sagrado | POST | Hasta 3.385 MSNM 

El día anterior, contratamos en una agencia de Plaza de Armas, esta y las dos siguientes excursiones y así, no tuvimos que preocuparnos a la vuelta de cada una de ellas. Aunque todas las agencias oferten ruta al Valle Sagrado, hay alguna pequeña diferencia: se puede hacer parcial en un día o total, como hicimos nosotros. Además, algunos te llevan únicamente a los lugares del boleto y, otros como el nuestro, nos hicieron hasta un ritual a la Pachamama… la verdad es que no fue queriendo, pero acertamos sin dudas (¡incluye comida buffet). Nos recogieron en el hotel a eso de las 5,30 de la mañana en un comboy (furgoneta grande) y, durante un día (hasta las 20:00), nos llevaron a visitar lo siguiente:

  • Taller de artesanales: donde unas chicas ataviadas con el traje típicio que, según nos contaron, vivían siguiendo las tradiciones andinas, nos explicaron cómo hacían la ropa con lana de llama y la teñían, así como jabones naturales y el mate, para invitarnos a comprar después sus artesanales claro.
  • Chinchero: las ruinas y desde aquí, el lugar donde se va a construir el nuevo aeropuerto para ir a Machu Pichu y su indignación con ello…
  • Salinas de Maras: esto no está incluido en el boleto turístico y es opcional, 10 PEN (2,6€)
  • Moray: aunque no lo parezca, lo de la foto es un laboratorio ya que cada círculo tiene un microclima distinto.

  • Ollataytambo: y todas sus escaleras
  • Pisaq: con sus vistas
  • Una tienda de plata: nos hicieron una explicación para diferenciar la plata verdadera de la falsa, pero no entendí esta visita en la ruta.

 

  • Ritual Qechua: al finalizar el día, muy cerca de Cusco, nos llevaron a una especie de casa donde hicimos un ritual quechua a la Pachamama, pedimos deseos y purificamos nuestra alma. Todo un espectáculo con el que no contábamos.

Puedes ver toda la info sobre el Valle Sagrado en su post (click en el título!)

Día 10 (16 de agosto) Montaña de los Siete Colores |POST|-| 5.200 MSNM

Todavía estoy por superar mi enamoramiento a este arcoíris. Sé que es difícil escoger un lugar del Perú y, que ni siquiera es necesario elegir cuál te ha gustado más porque todos son increíbles. Pero tengo que decir que lo mío con esta Montaña fue un flechazo y, que probablemente, sea uno de los lugares más bonitos y mágicos en los que he estado nunca.

Fue duro, no voy a negarlo, porque aunque el mal de altura no torture, sí ataca dejándonos menos oxígeno y haciéndonos más difícil respirar. Aún así, esta excursión que comienza a las 4,30 de la mañana merece mucho la pena, vaya que si la merece.

Día 11 (17 de agosto) Laguna Humantay | 4.200 MSNM

Esta excursión comenzaba a las 5,30 y, para muchos de los que íbamos en el grupo, fue la excursión más dura de todo el viaje. En mi caso, a la Laguna subí sin el menor problema y no se me hizo dura en absoluto, como sí la Montaña, así que supongo que depende de cómo te encuentres ese día, tus condiciones físicas etc…

La verdad es que este lugar es impresionante también: de repente, te encuentras ante una laguna en las faldas de una montaña llena de nieve y con un color intenso como pocos otros. Además, no es muy famoso y no hay mucha gente. Guau, la verdad es que te deja sin palabras…

Día 12 (18 de agosto) camino de Hidroeléctrica |POST|

Para ir a Machu Picchu tenemos varias opciones: en tren (carísimo, y cuando digo carísimo, es carísimo), el camino Inca (4 o 5 días de trekking) o, desde hace unos años, el camino de la Hidroeléctrica. Fue la solución que algunos viajeros le dieron a las pocas alternativas que había para llegar hasta Aguascalientes a un precio y tiempo razonables y que, para mi sorpresa, de momento sigue siendo la opción menos escogida por los viajeros (debe de haber sueldos muy altos por ahí).

Cogimos un comboy por la mañana hasta el lugar en el que empieza el camino, cerca de Santa Teresa, y que tardó unas 5 horas por curvas que prefiero no recordar. A partir de aquí, un restaurante nos espera para darnos energía y, de ahí, una caminata de dos horas aproximadamente hasta llegar a Aguascalientes. Se trata de una caminata en plano por las vías del tren y segura, por la selva y con unas vistas espectaculares. La verdad es que recomiendo 100% escoger esta opción: por precio, por tiempo y por la experiencia.
Os cuento todos los detalles en el post, ¡click en el título!

Día 13 (19 de agosto) Machu Picchu y Wayna Picchu | 2.430 MSNM

Y por fin, la joya de la corona: llegas y entiendes porqué. ¿Pero cómo esta gente pudo construir a esa altura semejante maravillay sin tecnología? De verdad, que es impresionante. Íbamos con las expectativas altas, y las cumplimos.

  • Muy importante: el número de personas que puede entrar cada día es limitado, por lo que hay que comprar las entradas con antelación, sobre todo si quieres subir a Wayna Picchu: en mi caso, las compré a principios de mayo y me tuve que amoldar al día porque no quedaban para los restantes… ¡con tres meses de antelación!
  • Muy importante VIS: las entradas son nominativas y te piden el DNI al entrar. En mi caso, la entrada de mi acompañante era para otra persona en el origen, y tuvo que entrar haciéndose pasar por el propietario original de la entrada con una fotocopia de su DNI (y gafas de sol y gorro, encubierto!). Se puede cambiar el nombre, pero aparte de que tiene coste, es en un horario concreto en unas oficinas concretas y nosotros no llegamos. Con la fotocopia no ponen problemas, pero es mejor que seáis más previsores de lo que yo fui por si acaso.
  • Muy importante VIS VIS: con la entrada a Machu Picchu normal, ves lo típico que se ve en las fotos y merece la pena sin dudas: además, si tienes previsto volver por Hidroeléctrica ese mismo día, los comboys salen a las 15:00, así que es mejor que no subas a Wayna Picchu para no ir apurado/a. Wayna Picchu es la montaña que está al lado y, para subir, hay que sufrir mucho: está muy empinado y las escaleras son muy estrechas; las vistas merecen la pena sin lugar a dudas, pero hay que reconocer que esto no es para todo el mundo.

  • Muy importante VIS VIS VIS: las entradas van por horarios. Yo compré el de las 8 de la mañana porque tenía intención de ver Wayna Picchu y porque así, podía ver Machu Picchu con el cielo azul y un sol espléndido. Por lo que tengo entendido, las entradas de las 6 y las 7, además de suponer un madrugón, implican que probablemente, esté encapotado o con niebla… ya que tarda en despejarse, simplemente para tener en cuenta! (eso sí, si quieres Wayna Picchu y volver en el mismo día, probablemente sea la única opción).

Día 14 (20 de agosto) Aguas Calientes – Santa María – Cusco – Lima

En un país con distancias tan grandes siempre tiene que haber un día dedicado a viaje y, en este caso, fue este: un precio que tuvimos que pagar por elegir quedarnos en Machu Picchu un día entero y no volver de las mismas. También os digo que, para una vez que voy en la vida, me parece que merece la pena ir sin prisas y disfrutarlo: además, por la tarde aprovechamos a darnos un masaje inca en Aguascalientes que nos vino fenomenal 😀 Estamos de vacaciones, esto no va sólo de sufrir!

Todas las agencias nos decían que no íbamos a encontrar transporte para volver de Hidroeléctrica a Cusco por la mañana (la mayor parte de gente vuelve el mismo día por la tarde)… por lo que lo organizamos para volver por Santa María. Sin embargo, nada más llegar a Hidroeléctrica, un chico nos ofreció llevarnos a Cusco en su comboy en cuanto llegaran otras dos personas (que a saber), pero vamos, que el caso es que probablemente hubiéramos podido hacerlo. En nuestro caso, tomamos un taxi hasta Santa María que cogimos ahí mismo por 10 PEN y, de ahí, un bus local hasta Cusco que tardó unas 4 horas.

Tras esto, por la noche volamos a Lima y, de ahí, fuimos a la estación de autobuses de Plaza Norte donde tomamos un bus nocturno hasta Huaraz.

Día 15 (21 de agosto) Huaraz – Glaciar Pastoruri | 5.240 MSNM

Nuestra idea, era pasar el día por Huaraz, pero pronto nos dimos cuenta de que nos íbamos a quedar con hambre de más. Por ello, fuimos a una agencia y, tras informarnos, decidimos que queríamos visitar el Glaciar Pastoruri: ver nevar en pleno agosto. La excursión de ese día ya había salido, pero pronto negociamos con la agencia y nos llevaron en taxi hasta poder reengancharnos con ellos. Si algo me ha quedado claro en Perú, es que hablando (y con algunos soles peruanos), se entiende la gente.

No es Perito Moreno, pero la verdad es que impresiona bastante si nunca has visto un glaciar, aunque he de decir que ¡menudo frío! En esta ruta que es muy sencillita, también subimos a mucha altura, por lo que es importante ir despacio, a ritmo estable y masticando coca todo el camino para no encontrarnos mal.

Día 16 (22 de agosto) Huaraz – Laguna Parón | 4.155 MSNM

Íbamos con la firme idea de visitar la Laguna 69. Sin embargo, una vez que estuvimos en Huaraz, nos explicaron que la Laguna 69 era un trekking de 3 horas y, que aunque era espectacular, se asemejaba bastante a Humantay. En cambio, a Laguna Parón llegaba el bus hasta la propia laguna y el paisaje, era distinto a lo que habíamos visto hasta entonces, por lo que nos decantamos por esta opción, a sabiendas de que era nuestro último día de viaje y no nos apetecía ya hacer más trekkings.

Una vez llegamos a la Laguna, los que quisimos, pudimos subir hasta arriba para poder ver las vistas a la perfección (alejarse para acercarse) y, para ello, el guía nos hizo saber que era bajo nuestra responsabilidad y apuntó nuestros nombres, para que luego no les pudiéramos reclamar nada si nos pasaba algo. Sí que podía ser peligroso si hacías el idiota, y ya sabemos que las muertes por selfies están cada vez más a la orden del día, pero si no, no hay ningún tipo de problema.

La verdad, es que la Cordillera Blanca en la que está Huaraz, no era algo que apareciera en muchos blogs, pero un amigo que vivió en Perú, me recomendó que no me la perdiera por nada del mundo… y qué bien hice en hacerle caso. Aquí sí que no hay ningún tipo de aglomeraciones, la ciudad es más ciudad y la naturaleza, sigue ofreciéndonos su espectáculo. De hecho, esta zona es famosa por deportes de aventura, trekkings extremos, escalada…

Día 17 (23 de agosto) Lima – Madrid – Bilbao

Por la noche del día 22, cogimos un bus nocturno que nos dejó en Lima y, desde donde cogimos un taxi para ir al aeropuerto donde casi perdemos el avión por no haber ido con el tiempo necesario. De hecho, me tuve que bajar del taxi en la carretera cuando los coches estaban parados y salir corriendo hasta el aeropuerto en el tramo final porque sino, lo hubiera perdido… y bendita gracia. ¡Menuda escena de película aquella!

Me recomendaron que al aeropuerto fuera siempre con 4 horas de antelación en hora punta, y aunque me pareció una exageración, ahora tengo que darles la razón de nuevo.

Transportes

Nuestro viaje fue muy sobre la marcha e hicimos cambios en los planes constantemente. Sin embargo, para viajar a Perú, hay que tener claro que las distancias son grandes y que los vuelos son económicos, por lo que, en la medida de lo posible, os recomiendo coger vuelos internos. En nuestro caso, cogimos dos aviones internos: de Lima a Puno y de Cusco a Lima. Importante: viajamos con VivaAir y, aunque compramos los vuelos con un par de meses de antelación, durante este periodo, cambiaron los horarios de ambos en un par de ocasiones. Por poco, pero vaya, es importante no ir los tiempos justos por si acaso.

Para los buses, cuando me informé por Internet, hablaban siempre de la compañía Cruz del Sur y de Perúbus como si fueran las únicas que hay, pero nada más lejos de la realidad. Hay otras muchas compañías con las que poder viajar, pero que no encontrarás en Internet y que no se puede comprar online.

Esto, en muchas ocasiones, dificulta la organización. Sobre todo, porque en Perú, no encuentras una terminal de buses por ciudad (en las grandes), sino que lo habitual es que algunas de las compañías, tengan su propia estación de autobuses. Es por ello, que lo mejor es preguntar allí, ya os digo que en algunos casos me pareció confuso: y no, tampoco hay un buscador con todos los buses, lo más parecido es RedBus y sólo hay de algunas compañías.

Eso sí, la mayor parte de buses, son cómodos a rabiar incluso en la clase económica. Se reclinan casi al 100% y tienen un invento en los pies para hacer efecto cama que estamos tardando en importar. La verdad es que a nivel buses, chapó, ya quisieran los alsa. Además de esto, hemos tenido que coger muchos comboy en las excursiones, ubers y taxis.

Alojamientos y bases de operaciones

Importante: cogí todos los alojamientos con desayuno incluido y prácticamente, no disfruté casi ninguno. Hay que tener en cuenta, sobre todo en Cusco, que las excursiones salen muy temprano, por lo que lo más probable es que lo perdamos. A continuación, detallo en los que nos alojamos nosotros que, en todo caso, fue habitación privada:

  • LimaHotel Sheraton durante los días de la convención (qué os voy a decir que no os imaginéis) y Posada O’Phelan en la zona de Miraflores. Este último estaba muy bien ubicado con un precio más que económico, aunque de decir que es cutre, es quedarse cortos. 7,50€ la noche con desayuno.
  • Paracas: Willys House. Recomendable 100%, muy modernito y muy bien ubicado. 10€ la noche con desayuno.

  • Cusco: The Grasshopper. Está bien ubicado y las habitaciones son muy espaciosas, además de tener cocina. Eso sí, el wifi no iba ni a la de tres. 4,75€la noche con desayuno
  • Aguascalientes: Hostal Dennys House II. Genial por ubicación, por desayuno y, sobre todo, por lo amable que es la chica de recepción. Muy recomendable. 10€ la noche con desayuno
  • Huaraz: Cayesh Guest House. Está bien ubicado y es normalito tirando a cutre, pero para lo que lo queremos, nos vale. 6€ la noche con desayuno.

¿Es caro viajar a Perú?

En absoluto: lo caro es, sin lugar a dudas, el vuelo. En las excursiones, estamos hablando de que por unos 15€, tienes el día completo incluyendo comidas y que, si quieres, puedes comer por 2€ al día de menú! En el peor de los casos, puedes comer en el centro de la Plaza de Armas a todo trapo, gastándote unos 15€ aproximadamente. Los souvenirs y alojamientos también son económicos, por lo que, la verdad, no me parece en absoluto un destino caro.

Cada excursión nos costó de media unos 50 PEN (13,51€) y, hay que tener en cuenta que, en todos los lugares que visitemos, prácticamente, hay que pagar el impuesto que suele ser de unos 10 PEN aproximadamente (2,70€).

Vaya, una vez más, me he extendido más de lo que esperaba en el post… pero he de decir, que Perú bien lo merece y, ojalá me anime a escribir un post por cada excursión para contároslo todo con más detalle. En definitiva, Perú me eligió para visitarlo y yo volví completamente enamorada de él, tal vez fuera el destino quien nos unió. O puede que fuera la Pachamama. En cualquier caso, qué gran suerte la mía y, ojalá, que el destino nos vuelva a unir.

Si te pasa algo en la otra parte del mundo, ¡al menos que tengas la seguridad de que todo va a salir bien!
Contrata tu seguro de viaje con IATI  a través de este enlace y disfruta de un 5% de descuento por ser de esos/as que tampoco se quieren quedar con las ganas de nada  😀 

Deja una respuesta