Dos días de regreso al futuro en Shanghai

Shanghai

Vanguardia y tradición. Masificación y orden. El futuro y el pasado conviven en una ciudad que no espera al reloj; un lugar que va siempre por delante y al que le pueden las ganas de llegar los primeros. Apenas estuvimos dos días en Shanghai: pocas horas para una ciudad de 24 millones de habitantes pero las suficientes como para haber respirado esa China con ambición.

Primeros pasos

Tras 12 horas de vuelo, aterrizamos en Shanghai a las 8:00 de la mañana. Era un vuelo directo desde Madrid con Iberia y tal y como habíamos planeado, conseguimos dormir. Sabíamos que teníamos el tiempo ajustado en Shanghai y que no íbamos a descansar al llegar por lo que en este horario y, tras mi experiencia, recomiendo madrugar el día anterior y tener un día muy activo para viajar directamente cansado y asegurarte descansar durante el vuelo.Cartel en Shanghai

Al llegar al aeropuerto, nos esperaba “Keisy” con un cartel en el que ponía nuestros nombres (todo un detalle), una chica de la agencia con los que habíamos contratado el visado. Siendo realistas, Keisy “no hizo nada que no pudiéramos hacer nosotras», nos acompañó a inmigración donde nosotras enseñamos el visado y listo. De hecho, no tenía ni idea de inglés por lo que se limitó a sonreírnos pero, en cualquier caso, nos hizo mucha ilusión que alguien nos esperara en el aeropuerto después de 12 horas con un cartelito en el que ponía nuestros nombres.

Caminito al hostal

Queríamos probar el archiconocido Maglev (tren de levitación magnética más rápido del mundo) así que tampoco buscamos alternativas para ir al hostal. El precio al cambio fue de unos 7€ (caro en comparación con los precios de Shanghai para transporte público) pero muy cómodo. En 7 minutos recorrimos los 30 kilómetros que lo separan de la estación central, Longyang Road. De aquí, cogimos el metro hasta nuestro hostal y fueron únicamente dos paradas.

Nos alojamos en Captain Hostel, muy cerca de Nanjing East Road, el lugar que elegimos como centro de operaciones. Cada vez tengo más claro la importancia que tiene la ubicación del hostel según qué viajes: concretamente, la ubicación de este era de 10. En la última planta tiene un bar con una terraza a la que no sólo iban huéspedes: puedes tomar una cerveza viendo los rascacielos de Pudong. Tal vez no sea el mejor albergue del mundo, pero si volviera a Shanghai, por el precio y la ubicación, volvería a reservarlo sin lugar a dudas.

Exprimiendo dos días en Shanghai

Teníamos 48 horas para Shanghai y nuestra idea inicial era pasar 24 horas allí y, pasar otro día, visitando algún pueblito de los que están cerca para intentar evitar hacer una ruta “demasiado urbanita” en nuestro viaje a China. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que, aunque nos encanta andar y nos damos poca tregua, Shanghai merecía esas otras 24 por lo que renunciamos a esas excursiones (¡para la próxima!).



  • The bund: es la zona en la que nos alojamos y, desde donde se veía Pudong. Como decía, recomiendo alojarse por esta zona por las distancias.
  • The old city: es la parte antigua de Shanghai, Nanshi, y Shanghai Old Street es la calle principal de esta zona. Cuando llegas, te das cuenta de que estás en China. Hasta entonces, tienes Old Town in Shanghaiun poco la sensación de estar en una gran urbe que en lugar de letras, tiene símbolos en las señales: sin embargo, al llegar allí te das cuenta de que el viaje, es real. Las casas cumplen lo que imaginamos al pensar en este país; hay muchísima gente y una gran cantidad de tiendas vendiendo de todo en general. También abundan los puestos de comida callejera por lo que si quieres probar comida local, este puede ser un buen lugar. Eso sí, si eres de los que se resiste a los olores fuertes como me pasa a mí… conciénciate de que tendrás que combatirlos.
  • Yuyuan Garden: es un parque muy grande que ejerce de (necesario) pulmón para esta parte de la ciudad. Un bonito lugar donde aislarse de una ciudad de 24 millones de habitantes y practicar deporte, dar un paseo e incluso bailar con la música callejera.
  • French Concession: esta es la zona más europea de Shanghai y donde se ven más europeos. Las casas son más coloniales y hay bastantes bares para tomar algo “estilo occidental” e incluso salir de fiesta.
  • Fumin Road: concretamente, en esta calle es en la que estuvimos nosotras tomando algo. Había bastantes bares y allí se concentraban todos los occidentales que no habíamos encontrado hasta el momento, (pagando precios occidentales). Indico esta calle porque es en la que estuvimos nosotras, pero las de alrededor son muy del estilo.
  • Joy City Plaza: queríamos ir a la tienda oficial de Xiaomi y la encontramos en este centro comercial. Allí pudimos comprar Mi band 2 por 150 yuanes (unos 20€ y 15€ más barata que pidiéndola desde España). Lo que no esperábamos encontrar allí, era una noria inmensa en el octavo piso del centro comercial. Shanghai noria
  • Pudong: es la zona de rascacielos. Para llegar hasta allí, yo recomiendo tomar un ferry que por un módico precio (lo que equivale a 20 céntimos), cruzas en 2 minutos. Había leído que era una buena zona para alojarse pero sinceramente, no lo recomiendo: son todo rascacielos y centros comerciales, no hay tanta vida fuera de horario laboral.
  • Queríamos subir a algún rascacielos a disfrutar de las vistas pero ni nos apetecía esperar las colas ni tampoco, pagar el precio de la entrada. Nos acercamos al “abrelatas” (Shanghai World Financial Center) y, a la derecha de la puerta principal, vimos una entrada de garaje de donde salía y entraba gente. Nos acercamos y tranquilamente, nos montamos al ascensor y subimos hasta el piso 53. No pudimos subir más porque hacía falta identificación para ir más arriba (estábamos entrando por puerta de trabajadores). Pero la verdad es que disfrutamos de las vistas sin pagar la entrada y contra todo pronóstico, nadie nos miró mal ni nos echó con nuestras “pintas” de viajeras.
  • Nanjing East Road: es la Gran Vía de cualquier ciudad, aquí están todas las tiendas que uno espera encontrar en una ciudad donde por supuesto, no falta Zara.
  • Al pasear por esta calle, de vez en cuando se te acerca algún local y te pregunta si quieres shopping; en caso de decirles que sí… te llevan a la trastienda de una tienda donde venden imitaciones. No hablo de los famosos mercados de imitaciones… por cómo te llevan, las escaleras turbias por las que subes y la sensación que tienes cuando estás allí, apuesto a que no tienen nada de legal. Entramos en uno por error y nunca mais. Vimos falsificaciones de bolsos, carteras… pero las mismas (o eso creíamos) que pudimos ver en centros comerciales de falsificaciones.
  • People’s Square: Nanjing East Road acaba en este inmenso parque donde lo mismo te encuentras a una persona haciendo taichi que a un grupo apostando a las cartas.

En definitiva, Shanghai tiene todo lo que se le puede pedir a una gran ciudad de sus características donde tradición y vanguardia conviven creando un escenario único y, de lo más futurista.

 

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